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Da mucho miedo hablar de mi violación, por las razones obvias, pero también porque mi abusadora era mi madre. El trabajador de CPS me dijo el día que me conoció que no me creía. "Las madres no hacen estas cosas". Tenía 13 años en ese momento. Al final del caso, mi madre tenía más custodia que al principio. Nadie me creyó. Casi toda mi familia cortó todo contacto en cuanto empezó el caso. Lo más loco es que no entendía nada. Era tan pequeña cuando empezó, no lo recordaba con mucha claridad y me parecía bastante normal. No esperaba que saliera nada cuando le conté a una amiga lo que había pasado. Se lo contaron a sus padres, quienes contactaron a mi padre. Y así sigue... El caso puso fin al abuso sexual, pero causó una cantidad extrema de maltrato físico y emocional, incluyendo amenazas de muerte. Escapé a la universidad con una beca a los 18 años. Su otro hijo también escapó. Las cosas han sido difíciles... obviamente. Pero estamos aprendiendo, creciendo. Lo más importante es que estamos a salvo. Muy pronto cortaré los últimos lazos que me quedan con mi madre. Me casaré con el amor de mi vida. Construiré una familia, una comunidad. A pesar de su amarga glotonería egoísta, no solo he sobrevivido, sino que he encontrado mi valor. He encontrado personas que me aman y que de verdad quieren verme y escucharme.